Igea ya huele a verano, a cloro, a bocata y, sobre todo, a futsal. Con la pista encendida y las gradas con buen color, el Torneo de Futsal Igea 2025, organizado por la Asociación Cultural IGEENSIS, echó a rodar con un partidazo de los que te reconcilian con el deporte de verano: DKL contra Fitero. Había ganas, se notaba en las palmas, en los corrillos antes del pitido, en esa mezcla de nervio y sonrisa que solo aparece cuando empieza “lo nuestro” de cada año. Y el balón no defraudó: triunfo de DKL por 4-2, mandando de principio a fin, marcando el ritmo como quien pone la playlist en la fiesta y no la suelta hasta el último tema.
La tarde arrancó con ese calor que te pide sombra y charla, pero el público respondió como siempre, fiel a la cita. Hubo quien decidió que el plan perfecto, chapuzón en la piscina municipal entre gol y gol, y vuelta a la pista para rematar la faena con los últimos minutos. Igea en verano es así: todo a mano, todo cercano, todo compartido. Mientras DKL encarrilaba el partido, el Fitero tiraba de orgullo para no soltar cuerda. Alguna parada de las que levantan “¡uys!” y un par de arreones devolvieron picante al marcador, pero los de DKL supieron mantener siempre un paso por delante, como si tuvieran ese medio segundo extra que solo se gana con oficio y confianza.
Con el balón ya bendecido por el primer choque, el cuadro del torneo promete conversaciones largas en la terraza y debates eternos en la barra. Nueve equipos se disputarán la gloria: DKL, Fitero, Cornago, Las Kasas FF, el Atlético de Fonsorda, Atlas, Al Pargata, Cornago DC y Pinchaita. Un reparto de nombres que son ya parte del diccionario sentimental del torneo, con clásicos que se saben de memoria cada esquina de la pista y alguna novedad con ganas de romper quinielas. Se vienen tardes de piques sanos, goles de último minuto que dejan sin voz, porteros en modo héroe y ese murmullo sabio que baja de la grada como si fuera un comentarista colectivo.
El encanto del Torneo de Igea no se entiende solo por los resultados. Es el ritual: llegar un poco antes para saludar al de siempre, comentar cómo vienen las plantillas, apostar una ronda simbólica por el marcador, aplaudir un túnel bien hecho aunque sea del rival, pedir otra bebida cuando el sol ya empieza a caer y, de repente, notar que el pueblo late al ritmo de los toques. Es ver a los pequeños imitando regates en la esquina o a los veteranos contando “la del 2023” como si hubiera pasado ayer. Es deporte, sí, pero también memoria y comunidad.
Y esto acaba de empezar. Desde este primer partido hasta la gran final, que se jugará el viernes 5 de septiembre a las 19:00, hay más de un mes por delante para que cada equipo escriba su propia historia. Habrá remontadas que nadie vio venir, empates con sabor a victoria y derrotas que enseñan más que un entrenamiento. Habrá también ese partido de las siete en el que el sol se esconde detrás de la iglesia y la pista se vuelve un escenario perfecto para que el balón haga de protagonista. Habrá noches de análisis en la plaza y mañanas de resaca feliz de fútbol.
Lo de hoy deja un titular claro: DKL arranca fuerte y se apunta el primer golpe sobre la mesa. Pero el torneo es largo y, si algo sabemos de Igea, es que aquí los guiones están para discutirse jugada a jugada. Así que vayan guardando sitio en la grada, afinando la voz y preparando el bañador para el intermedio. Porque esto no es solo futsal: es verano en Igea, es tradición, es echar la tarde con amigos, una birra en la mano y la emoción a flor de piel. Nos vemos en la pista.
© 2025 Ricard Fadrique