Sábado pasado por agua… ¡pero con mucho sabor!
FOTOGALERÍA DE LAS XXII JORNADAS MICOLÓGICAS
El sábado de las XXII Jornadas Micológicas de Igea arrancó con ganas y energía desde primera hora. A eso de las once, la plaza Pedro María Sanz Alonso ya bullía de vida entre puestos del mercado artesanal, risas, y el taller de globos luminosos de Halloween, que hizo las delicias de los más peques (y de algún adulto también, para qué negarlo). Mientras tanto, en el Centro Paleontológico, la visita guiada llenaron de curiosos dispuestos a viajar millones de años atrás sin moverse de Igea.
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A mediodía llegó el momento más sabroso: la esperada Ruta de Degustación Micológica. Los bares y peñas se llenaron de pinchos, aromas y conversaciones animadas. En el Centro Social, las peñas “La Simpatía” de Logroño y “El Hambre” de Calahorra, el Bar Avenida, el Albergue y la Asociación Cultural Igeensis ofrecieron sus mejores creaciones con setas, regadas, claro, con buen vino riojano. Y para cerrar con broche dulce, la Pastelería Papín volvió a poner la guinda con su postre micológico, que duró menos que una seta al sol.
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El cielo, que hasta entonces se había portado, decidió ponerse caprichoso y soltar su lluvia justo cuando tocaba el encierro. Las reses, pobres, tuvieron que volverse a su casa sin correrpor la calle mayor y los aficionados se quedaron con las ganas. Pero en Igea no hay mal tiempo que apague el buen humor: la tarde siguió entre paraguas, charanga y mucho ritmo.
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La Charanga WESYKE animó con su buen rollo, el DJ Sergio Laos puso a bailar al CSI y el flamenco torero del Albergue añadió ese toque de arte improvisado que solo aquí puede darse. Entre agua y agua, un buen zurracapote en la peña El Puntazo ayudó a olvidar la lluvia y a celebrar que, con o sin encierro, las Jornadas Micológicas de Igea siempre encuentran la manera de brillar.
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Porque ya lo sabemos: en Igea, ni la lluvia puede con las ganas de pasarlo bien.
