El Zorro (Vulpini) es el antepasado del podenco andaluz. Si a este animal le pusiésemos un poco más de pelo en su cuerpo y en el rabo, parecería un auténtico zorro. Tiene más o menos su tamaño, orejas pequeñas y tiesas, rabo largo y peludo, cuerpo cilíndrico y patas cortas, robustas y adaptadas para la carrera.
Suele comenzar el celo en el mes de enero. Entonces, por las noches no deja de oírse el ladrido lastimero de los zorros que van detrás de las hembras. Están preñadas 62 días. La zorra busca para parir alguna madiguera que ya conoce de otros años debajo de alguna roca o bien excavada en algún tollo de tierra. Cuando llega el mes marzo o abril pare de 4 a 6 crías de color pardo o negro con los ojos cerrados. Parecen los cachorrillos de un perro lanudo de los pastores.
Durante dos meses la hembra les dará de mamar y entonces empezará a sacarles del cabo para que le acompañen cerca de allí. Más tarde empezarán las correrías para aprender a cazar.
El zorro suele tener siempre su mismo territorio. Es de las pocas razas que han proliferado en los últimos años debido a los basureros, granjas y carreterras. Antiguamente era temido por sus visitas en el mes de abril y mayo a los gallineros, pues las zorras tenían que buscar comida fácil para sus crías. Su instinto les hacía matar todas las gallinas que podían, aunque sólo se podían llevar al cabo una sola.
Han sido perseguidos desde siempre en las zonas rurales por considerárseles dañinos para la caza y para las aves de corral. Es un gran cazador. Su alimentación está basada en los conejos, perdices, ratas, ratones, nidos, frutos, etc. Su piel ha sido muy estimada. No hace mucho tiempo se les cazaba a cepo. Si caían de una mano o pata llegaban a cortársela ellos mismos con los dientes para no estar en el cepo cuando venía el trampero. Tiene fama de astuto e inteligente, aunque dice el refrán que más sabe el zorro por viejo que por zorro. Se le llama también raposo y Juan debido a que emiten un ladrido que suena como "Juaannn". Es tan astuto que más de una vez hace el muerto para atrapar a cuervos o picarazas.