Publicado en 2009. Revista de cultura popular y tradiciones de La Rioja. Semblanza riojana.

Ángel Sáez-Benito Ortega

El compositor riojano, autor entre otras muchas canciones de “riojano de corazón”, “El zapato de oro”, “de Aragón, rioja y navarra”, “no olvido a España” y “soria la gloria de España”, ha compaginado toda su vida como compositor musical y letrista de más de trescientas obras, con las faenas del campo en su pueblo natal, Igea.
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De no saberlo, nadie sospecharía que sus manos acostumbradas al manejo de la azada y a las rudas labores del campo, han sido capaces de transcribir con una delicada y preciosista caligrafía, la copiosa y variada producción musical nacida de sus privilegiadas dotes naturales.

Destaco este preciosismo y limpieza de la caligrafía de las partituras y letras, porque por sí mismas serían la envidia del más experto de los amanuenses dedicado a la labor de copista. Estamos hablando del Igeano Ángel Sáez-Benito Ortega. Para los que no lo sepan, es preciso decir que es autor de casi trescientas obras, y que muchas de ellas han logrado trasponer los límites del momento y del público inicial al que iban dirigidas, y se han convertido en iconos musicales que se siguen cantando pese al transcurso de los años. No deja de sorprender que estos éxitos musicales hayan sido alcanzados por un hombre en el que hay mucho de autodidacta y que ha trabajado en la soledad de un pequeño pueblo. Tampoco deja de ser admirable que su música se haya escuchado no solo en la Rioja, Navarra, Aragón, y Castilla, lugares cercanos y en los que era más fácil difundirla, sino que haya estado presente en sitios tan inimaginables y distantes, como pueden ser Rusia o Norteamérica. Los archivos de la Sociedad General de Autores dan cuenta de ello. Como igeano me siento orgulloso de mi paisano. Como sobrino segundo, aún más.



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Sus Comienzos

Ángel Sáez-Benito Ortega, nace en Igea un 11 de junio de 1921, en el seno de una familia de labradores recién llegados de la Argentina, que con los ahorros traídos y sus tierras era una de las casas con mejor situación económica del pueblo. Sus primeros pasos en la música los comienza a los seis años de la mano de Benjamín Majuelo, organista y director de una de las dos bandas de música con las que contaba Igea en aquellos momentos.

Su vocación como intérprete musical se ve frenada inicialmente por la situación de penuria económica de la época, agravada en la familia de sus padres por las circunstancias que rodearon la guerra civil que acabaron con su posición de bienestar económico, lo que les impide comprarle una trompeta. Logra hacer sus primeros pinitos como instrumentista con un viejo cornetín y luego con el fliscorno que le prestó su amigo José Fadrique “El chicho”.


Más adelante, cuando ya estaba en el servicio militar que cumple en África, sus padres en un inimaginable, para nuestra época, sacrificio y esfuerzo, le compran la tan deseada trompeta. Allí se incorpora a la Orquesta del Cuadro artístico de Tetuán y aprovecha esta inigualable ocasión para ampliar sus conocimientos musicales. A esta época de joven madurez pertenecen una serie de canciones que recogen la nostalgia y tristeza de quienes partían tan lejos con un incierto futuro, y en las que aparecen también las influencias de la música de aquellos lugares. Su formación musical como compositor y excelente trompetista, se completan en esta época incorporándose a la banda militar de música, que cuenta con profesores de Madrid y Barcelona y que a su vez daban clases en el Conservatorio de música de Tetuán.

Desoyendo los consejos de sus mandos y compañeros militares, vuelve de nuevo a Igea empujado por las duras dificultades de la posguerra, donde se dedica a la agricultura, como actividad más segura ante el incierto futuro que podía esperarle si se entregaba por entero a la música en una época de racionamiento y pobreza, frustrando su deseo de trasladarse a Madrid al menos durante un año, para completar su formación y abrirse paso en el mundo musical. El 5 de enero de 1951, se casa con Concha Espada, su novia de toda la vida, con la que tuvo tres hijos, Conchita, Pepi y Carlos.

En Igea, continúa su labor de creación musical, como director de la banda de orquesta que actuaba en salón de baile “Marcelino”, y luego de la banda de música de Igea, hasta que terminado su contrato y agotada por decisión propia esta etapa que lo limitaba al reducido mundo musical de Igea, se integra como trompeta, o trombón en diversas bandas y orquestas con las que recorre fundamentalmente las fiestas del norte de España.



La Obra Musical

Su obra musical está compuesta por más de trescientas composiciones para cantantes solistas, bandas y orquestas, y en la que se puede encontrar una variadísima gama de estilos, y entre ellos, el pasodoble, los pasacalles, marchas, música religiosa, boleros, plegarias, villancicos, auroras, jotas, fandanguillos, corridos mejicanos, twist, rock, y beat. Todos estos estilos musicales, los afronta con una sorprendente naturalidad, y al mismo tiempo brillantez.

Ha compuesto siempre sin piano y sin otras ayudas instrumentales. Recuerdo que al preguntarle extrañado en una de las interminables y siempre amenas charlas que he mantenido con Ángel Sáez-Benito Ortega en su pequeño estudio, sobre la manera que se las arreglaba para componer sin instrumentos de apoyo, me respondió que “no necesito ni piano ni ningún instrumento, la música la tengo en la cabeza” señalándose con energía la frente, para terminar desgranando nota a nota una cadencia perfecta andaluza como ejemplo de lo que decía. Esta melodía trajo a mi cabeza los recuerdos infantiles de escuchar su trompeta, cuando pasábamos por delante de su casa o cuando estábamos jugando en los huertos del ”Rincón”, sin ser conscientes de la labor de creación musical a la que asistíamos en la distancia.



Ediciones 'La Rioja'

En el pequeño estudio situado en la parte baja de su propio domicilio, que por sus dimensiones y austeridad más parece una celda monacal, se recluía (y sigue recluyendo) después de venir de realizar la duras faenas del campo, para crear su mundo mágico de fantasías musicales. Sus medios eran una hoja de papel y un bolígrafo. Con estas solas herramientas creó su obra, la “imprenta” y la “distribuidora” de la misma: “Ediciones LA RIOJA. Calle mayor 18. Igea”. Ha sido una labor titánica e inimaginable la que ha tenido que afrontar para dar a conocer su obra musical. Componía las obras, las trascribía a mano con una perfección caligráfica sorprendente, acompañadas casi siempre de una portada o cartel publicitario, y realizaba una a una las copias para cada instrumento, que en los casos de obras para Banda podía llegar a tener que realizar 40 partituras para los distintos instrumentos y componentes. La fotocopiadora aún estaba por inventarse. Las partituras que se reproducen, dan una idea bastante aproximada de los medios artesanales de los que ha tenido que servirse para difundir su música. Luego venía el problema de la distribución:

Con la ayuda de Concha, su mujer y de su hija Conchita primero, y luego de Pepi y de Carlos, se hacían los sobres, y se incluían en ellos las partituras que correspondiera para llevarlas en bolsas a correos para su distribución por toda España.

Los destinatarios de estas cartas eran los nombres que aparecían en un “Fichero de declarantes”, (directores de bandas, grupos u orquestas, que declaraban a la Sociedad General de Autores las obras que llevaban en su repertorio), y que SGAE, vendía al “módico” precio de 2.000 pts de la época.

La pregunta que todo el mundo se hace, es que hasta dónde hubiera llegado si hubiera contado con los medios y oportunidades adecuadas. 

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Su relación con Navarra y Soria

La gran mayoría de las composiciones están dedicadas a personas o lugares concretos, fundamentalmente de Aragón, Navarra, Rioja y (60) semblanzas Soria, en las que ensalza sus fiestas, tradiciones y su forma de ser. Muchos de los habitantes y oriundos de estas zonas, cantan sus canciones, desconociendo que el autor es un riojano, que vive en un pequeño pueblo de la Rioja llamado Igea. Canciones como “Soria la Gloria de España”, (“Soria que linda eres” para los sorianos), se ha incluido en el archivo ofi cial sonoro de la fi estas Sanjuaneras, y se oye en cualquier evento popular e incluso en los campos de fútbol en los que juega el Numancia. “Mi amor Sanjuanero”, y “Viva la juerga Soriana”, son otros de los conocidos títulos dedicados a esta tierra. Lo mismo cabe decir de los navarros, que en sus fi estas cantan y bailan como propia la música de Ángel Sáez-Benito. No es de extrañar, porque ha sabido captar como nadie en sus composiciones la nobleza y la alegría de estas gentes y el colorido de sus fi estas. Entre las canciones dedicadas a Navarra cabe citar “Mi Navarra, “A Pamplona voy”, “Recuerdo a Raimundo Lanas”, “AUPA Navarra”, “A San Fermín”, “Desde la Chantrea hasta la milagrosa”, “Corazón navarro”, “Ya no me voy de Navarra”, “Soy Pamplonica” “El temple Pamplonica”, “Así es Pamplona”, “Aquí Sangüesa”, entre otras, y sin olvidar el alegre y compartido pasodoble “De Aragón, Rioja y Navarra”.


La Rioja en su música

Como es lógico, la Rioja, en general, e Igea, su pueblo natal, junto con Logroño, han sido motivo reiterado de inspiración. ¿Quién no ha oído alguna vez .. “Soy Riojano y nacido de pura cepa, de Logroño en la calle de Laurel?…..” . Es la primera estrofa de “Riojano de Pura cepa”. También son suyas “Así es La Rioja”, “Riojano de corazón”, “El Riojanito”, “Aquí la Rioja”, “Aúpa Logroño”, “Es Logroño mi bandera”, “Centros riojanos en el mundo”, y un “Himno a la Rioja”, por citar algunas de sus composiciones en las que profesa su fe de riojano. En sus canciones aparecen reflejadas y descritas las fi estas, paisajes y las gentes de la Rioja. Por la brevedad de este trabajo, citaré algunos de estos aspectos: El amor por la Rioja se destaca en una de sus conocidas jotas: “La tierra de mis amores, viva la Rioja bendita, que todas las penas quitan sus vinos tan superiores sus mujeres y sus flores viva la rioja bendita…

La generosidad y la hospitalidad riojanas, también aparecen reflejadas: Es que lo habrán engañado quien hable mal de la Rioja porque lo habrán engañado Y el que visita la Rioja al marchar le sabe malo porque sabe dar la Rioja su corazón con agrado… Y los vínculos afectivos que el autor, mantiene con su tierra: En la Rioja viviré, en la Rioja yo he nacido Ángel Sáez-Benito Ortega  en la Rioja viviré, yo a la Rioja no la olvido. A la Rioja volveré en la Rioja yo he nacido y en al Rioja, moriré. 
En cuanto a su pueblo natal Igea, y su patrona la Virgen del Villar, otro de sus motivos de inspiración, hay que destacar el pasodoble - plegaria “Igea y su patrona” que comienza con una poética descripción del pueblo: “En un rincón de la Rioja, a orillas del Linares, luce Igea esplendorosa, entre frutas y olivares”. No se olvida del Igeano históricamente más relevante en el mundo de la cultura como es el insigne lingüista, y Obispo, Toribio Minguella, cuyo retrato al óleo, puede admirarse en el Monasterio de S. Millán de la Cogolla y al que le dedica un himno–aurora titulado “Al obispo Mingella”. Otras canciones, generalmente pasacalles, están dedicadas a las peñas, la mayoría desaparecidas por el paso del tiempo, entre las que hay que citar “El derroche”, “Los de sin rumbo”, “La farra” “La unión” y “La juerga”. La Comarca también esta presente con el pasodoble “El Alhama y el Linares”, dedicado, cómo no, a Igea y a todos los pueblos ribereños de estas cuencas, apareciendo en su estrofas, Cervera, Inestrillas, Cabretón y Valverde, junto con Cornago, Rincón de Olivedo y Grávalos. Una “aurora”, varias jotas, entre las que hay que destacar su aportación a la peculiar “Jota de Quintos” de Igea, que transcribe a partitura para legado de futuras generaciones, un villancico y una marcha militar dedicada al igeano Bernardo Sáez-Benito con motivo de ascender al grado de Comandante de Aviación, completarían este apartado más local de su obra.


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No podemos cerrar este capítulo de referencias locales, sin acordarnos de Arnedo, al que le dedicó el pasodoble “El zapato de oro”, que semblanzas todos los arnedanos conocen y cantan. También hay un hueco para uno de su famosos hijos, el torero Diego Urdiales, al que le dedica un pasodoble y para Calahorra, con dos pasodobles “Paseando por Calahorra”. Y “A Calahorra”. Los Cameros, Santo Domingo, Haro, Nájera y Alfaro, así mismo son también recordados en otras de sus composiciones.


Otras conocidas canciones

Otras muchas composiciones, sin estas referencias locales o personales, también se popularizaron antes o después de su grabación. Entre ellas es necesario destacar el precioso y sentido pasodoble “No olvido a España”, que rememora la situación de nuestros emigrantes de antaño y que comienza con la descriptiva frase “ Cuando tuve que salir de mi nación, a buscar fortuna a otro país…….”, y que en mi opinión es el gran pasodoble de su obra. “La boya del barco”, un sentido y emotivo bolero en torno al soldado de reemplazo que embarca rumbo a su incierto destino en África, y ve cómo al alejarse de la costa española, la boya del barco, el último recuerdo visual de España, “se perdía en la mar”. Luego vendría el colorista y brillante bolero-afro “Recuerdo de África” que recoge las impresiones del autor de su paso por Larache y Tetuán. También se deben citar entre estos éxitos populares, “Agua turbia”, “Este es mi Rock”, “Por soñar” y una muy larga lista que no cabe en este breve trabajo, pero que no puede finalizar sin hacer referencia al menos a la colección de sus quince “pasodobles toreros”, y de “Farras”, composiciones dedicadas a las peñas.

No obstante, para quienes quieran escuchar su obra, les diremos que parte de ella, cerca del medio centenar de composiciones, están editadas, entre otras marcas, en discos BELTER, DAMITOR, IBERIA y DIAL, y grabada por diversos artistas y grupos musicales entre los que se debe citar a Aires de Navarra, Alma Navarra, Antonio García, Cruz Calahorrano, Flores de Navarra, Gabino, Hermanos Nagore, Hermanos Huarte y Raquel, Jesús, Óscar Alesanco, Raíces Norteñas, Navarra canta y el Dúo Gala. Para Ángel y José Luis Sáez-Benito. Ángel Sáez-Benito Ortega  conocer el resto de la obra, se puede recurrir a las partituras originales que el autor siempre ha facilitado generosamente a estudiosos, o intérpretes, -cantantes, bandas o orquestas- que se lo han solicitado para incorporarlas a su repertorio. Hay que destacar su actividad musical no es cosa del pasado. En este sentido cabe recordar que a sus 87 años de lucidez sorprendente, sigue estrenando composiciones, como el pasado mes de enero en un Concierto de pasodobles organizado por el Club Taurino Logroñés. También como los grandes autores clásicos, ha escrito y sigue escribiendo obras de encargo que se le solicitan con motivo de celebrar las bodas de plata o la comunión de un hijo. No cabe duda que es uno de los mejores regalos que se pueden hacer en ocasiones como esas.



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A modo de conclusión

Es un regalo escuchar su música y disfrutar de la brillante naturalidad y alegría, o de la delicadeza, según los casos, que impregna toda su obra. Precisamente por estos valores, su música se sigue oyendo en muchas fiestas populares. En este sentido cabe destacar que la Ronda del Linares, formación musical popular integrada por igeanos, ha incluido en su repertorio varias de las obras de Ángel Sáez-Benito, como forma de dar conocer a los más jóvenes canciones que los conectan con su pueblo en concreto o con la Rioja, y de que los mayores vuelvan a escuchar las canciones con las que tanto disfrutaron en su juventud. No quiero terminar, sin reseñar que han sido muchas las personas que se han acercado hasta su domicilio en Igea, para testimoniarle su reconocimiento con la entrega de placas, carteles de actuaciones o fotos dedicadas. Estos homenajes particulares, han tenido su colofón en el que se le tributó el pasado 21 de marzo en la Iglesia Parroquial de Igea atestada de convecinos y en el que tras un concierto ofrecido por el Orfeón Logroñés, el Presidente de la Comunidad, D. Pedro Sanz, en presencia del alcalde D. Sergio Álvarez, le hizo entrega de una placa que le concedía el Gobierno de la Rioja, en una muestra más de la atención y valoración que este Ejecutivo tiene por sus hijos ilustres. No son homenajes gratuitos. Estos reconocimientos los ha merecido un hombre cuya obra ha triunfado en los más diversos escenarios que ha cantado con acierto y cariño a las tierras y a las gentes con las que ha convivido, y que ha pasado su vida como él mismo dice en uno de sus pasodobles: Siempre al son de la jota voy sembrando la alegría que del corazón me brota, cantando a la tierra mía. Y su tierra es La Rioja, Aragón, Navarra y Soria, que todas ocupan un lugar privilegiado en su obra y en su corazón. Su música y sus versos, así lo atestiguan.




TEXTO: José Luis Sáez-Benito Jiménez

FOTOGRAFÍAS: Sergio Álvarez y José Luis y Conchita Sáez-Benito
Belezos: Revista de cultura popular y tradiciones de La Rioja. Semblanza riojana . Publicado en 2009

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