El Fresno (Fraxinus) es un árbol que no alcanza gran altura y que puebla las riberas húmedas de nuestros ríos. También se da en algunos ribazos de manantiales. Su madera es blanda y se trabaja muy bien. Posee un tronco recto y nada retorcido, con color marrón oscuro. De los árboles jóvenes que tienen un grosor adecuado y una longitud de unos dos metros se sacan los garrotes o varas de los pastores. Con el paso de muchos años, puede llegar a alcanzar hasta 20 metros de altura.
Sus hojas son compuestas con varios pares de hojitas. Es de hoja caduca y nos da sombra y frescor. El género fresno engloba hasta 60 especies de árboles clasificadas según su zona de identificación y crecimiento.
Estos árboles son un gran aliado en el ecosistema y sus hojas forman parte de la alimentación de especies de fauna silvestre. Su madera, cuando se agrieta, forma huecos que sirven de cobijo para numerosas aves y pequeños mamíferos.
Las flores aparecen al final del invierno y comienzo de la primavera (entre febrero y abril). Pueden ser unisexuales o hermafroditas. La polinización tiene lugar mediante el viento (anemófila). Los frutos son sámaras (presentan un ala) alargadas (2,5 a 5 cm de longitud).
Está considerado por muchos el árbol de la buena suerte.