El romero (Salvia rosmarinus,) es una de las plantas más abundantes por nuestra geografía. Tiene un aspecto de arbolito pequeño o arbusto que suele medir entre 50 centímetros y 1 metro de altura, aunque en ocasiones puede alcanzar los 2 metros. Florece dos veces al año, en primavera y en otoño, y las flores son de color azul claro con manchas violetas. Florece casi todo el año si exceptuamos cuatro días invernales de heladas. Sus flores son de color azul-violeta y las abejas eleboran a partir del romero una de las mejores mieles.
En algunos lugares se arranca para extraer a partir de él esencias para lavandas en perfumería. En otras épocas se traía en fajos o gavillas a casa para usarlo como combustible en las cocinas del pueblo. Tiene propiedades tónicas, estimulantes, antiinflamatorias, carminativas, antioxidantes, bactericidas, fungicidas, antisépticas, cicatrizantes y digestivas, entre muchas otras. La forma más tradicional de tomar el romero es en té o en infusión.
Mejora la digestión: alivia la acidez y el ardor de estómago, además de mejorar el tránsito intestinal. También ayuda a reducir el exceso de gases y la distensión abdominal.
Es antiinflamatorio: puede aliviar inflamaciones en articulaciones, estómago e incluso la tendinitis.
El sabor de sus hojas es muy amargo. Éstas tienen forma acicular o de agujas gruesas.
Aguanta muy bien la sequía y se desarrolla en terrenos pedregosos y secos con total normalidad.