El apagón de ayer lunes dejó a numerosas estaciones de servicio de La Rioja completamente paralizadas durante gran parte del día. Solo unas pocas, ubicadas en autopistas y equipadas con generadores autónomos requeridos por ley, lograron seguir operando. Desde la madrugada hasta aproximadamente las cinco de la tarde, y en algunos casos hasta las diez y media de la noche, la actividad en el sector fue prácticamente nula.
Itziar Muñoz, de Petronalca, relató que «no podíamos hacer nada» y que, ante la situación, decidió dar el día libre a la mayoría de su personal, dejando solo un empleado en guardia en algunas estaciones. La recuperación fue más rápida en otras regiones externas, como Vitoria, donde las estaciones comenzaron a reabrir alrededor de las dos de la tarde. En Pamplona, sin embargo, la situación fue más irregular, al igual que en varias localidades de La Rioja.
En Logroño, la situación fue especialmente complicada. Solo las estaciones con generadores en autopistas lograron mantenerse abiertas, mientras que otras permanecieron cerradas hasta bien entrada la noche. La demanda excesiva colapsó las pocas estaciones operativas, generando largas colas y problemas en los sistemas de pago. A partir de las siete de la tarde, muchos sistemas de tarjetas y Bizum dejaron de funcionar, solo permitiendo pagos en efectivo, lo que sumó al caos.
Algunas estaciones priorizaron el abastecimiento a instituciones esenciales, como el Hospital San Pedro, llenando cisternas para garantizar el suministro. La experiencia evidenció la vulnerabilidad del sistema y la insuficiente infraestructura de respaldo en muchas estaciones urbanas, poniendo en evidencia la necesidad de mejorar la resiliencia ante fallos eléctricos de gran escala.