Se enmarca en la formación geológica de Golmayo

Descubiertos en Soria restos del mayor dinosaurio carnívoro del Cretácico en la Península Ibérica

Un ejemplar de hasta 12 metros de longitud
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Un equipo internacional de paleontólogos ha identificado en Soria los restos de un gigantesco espinosaurio que, con hasta doce metros de longitud, se perfila como el mayor dinosaurio carnívoro hallado en la Península Ibérica correspondiente al Cretácico Inferior. El descubrimiento, liderado por Erik Isasmendi y Xabier Pereda de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), supone un avance significativo en el conocimiento de los grandes depredadores que habitaron Europa hace aproximadamente 125 millones de años.


Pachi, Xabi y Erik

Patxi Sáez-Benito, Xabier Pereda y Erik Isasmendi en el Centro Interpretación Paleontológica de La Rioja en Igea.     Foto: Ricard Fadrique


Los fósiles —entre los que se encuentran dientes, vértebras, fragmentos de cráneo y extremidades— fueron localizados en los yacimientos sorianos de Los Caños y Zorralbo, enclavados en la formación geológica de Golmayo, un área de destacada riqueza paleontológica. Las piezas analizadas corresponden a un terópodo, un grupo de dinosaurios bípedos carnívoros caracterizados por poseer extremidades con tres dedos funcionales y huesos huecos.

“Estos espinosaurios destacan por su cráneo alargado y bajo, con mandíbulas provistas de dientes cónicos, similares a los de los cocodrilos actuales”, explicó Isasmendi. Este tipo de dinosaurio no solo presentaba una fisonomía adaptada para la caza, posiblemente también en entornos acuáticos, sino que contaba con brazos poderosos, garras afiladas y, en algunos casos, una prominente estructura en forma de vela en su espalda.


Los restos fueron inicialmente recolectados entre los años 2000 y 2010 por la familia Meijide-Fuentes, reconocidos aficionados a la paleontología que han participado activamente en excavaciones en Castilla y León. Estos materiales, depositados en el Museo Numantino, fueron objeto de una revisión exhaustiva como parte de la tesis doctoral de Isasmendi, que derivó en un estudio conjunto con Adrián Páramo, de la Universidad de La Rioja, y Elena Cuesta, del Museo Estatal de Paleontología y Geología de Baviera (Alemania).


Espinosaurio


El estudio plantea la posibilidad de que este ejemplar represente una especie aún no descrita dentro del grupo de los espinosaurios, aunque los investigadores advierten que serán necesarios nuevos hallazgos para poder confirmarlo. “Estamos ante un candidato firme para una nueva especie, pero de momento mantenemos la cautela”, comentó Isasmendi.

Además del espinosaurio gigante, el equipo también ha identificado dientes aislados que podrían pertenecer a otro terópodo distinto, no relacionado directamente con los espinosaurios. Por ahora, este se ha clasificado de manera provisional como un tetanuro indeterminado, un clado que incluye a depredadores tan emblemáticos como los tiranosaurios y los alosaurios.

La formación de Golmayo, donde se ha producido el hallazgo, ya era conocida por sus depósitos fósiles de gran diversidad. En ella también se han encontrado restos de cocodrilos, tortugas, tiburones, moluscos, crustáceos e incluso fósiles vegetales, lo que permite reconstruir con mayor detalle el ecosistema del Cretácico en esta parte de Europa.


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