La tercera jornada del equipo Garras 2025 arrancó tranquila en el yacimiento de Las Cerradas, casi plomiza, con ese murmullo de cepillos y martillos que adormece cualquier emoción. Pero bastó un suspiro de la montaña para que la adrenalina se disparara: un diente reluciente asomó por la tarde entre los sedimentos y el campamento entero cobró vida.
«Ha aparecido un invitado no esperado en forma de diente de un terópodo… y no es de los espinosaurios que solemos ver por aquí» explica Pachi Sáez Benito, director de la excavación
El hallazgo, un colmillo afilado de carnívoro, rompe la monotonía de los abundantes restos, a veces minúsculos y fracturados que dominan el registro fósil de la zona. “Nos da pistas de que el ecosistema de entonces era más variado de lo que creíamos”, explica con una sonrisa que aún no se le borra de la cara.
No llegó solo. Varios fragmentos óseos aparecían alrededor, como si quisieran contar una historia en capítulos. “No descartamos que haya restos de más de un dinosaurio metidos en el mismo paquete”, adelanta el director honorífico del Centro de Interpretación Paleontológica de La Rioja, consciente de que el rompecabezas todavía guarda piezas bajo la roca.
Para no dejar cabos sueltos, el equipo “enchaqueta” un bloque entero: primero lo delimitan, luego lo enfajan y aplican la 'clásica armadura de campo' para después poder arrancarlo del suelo como quien se lleva un tesoro envuelto. Dentro, asoma material “bastante grande, incluso más de lo que pensábamos”, confiesa Pachi, aunque todavía es muy pronto para ponerle nombre y apellidos a la criatura.
«La cosa estaba un poco paradilla, y de repente… ¡zas!, el día se ha puesto de diez.»
Así, el tercer día de campaña pasa de la rutina a la emoción en cuestión de minutos. Quedan aún días de pico fino, pero el diente rebelde ya ha puesto sobre la mesa una certeza: en Garras, el guion nunca está escrito.
© 2025 Ricard Fadrique