La tarde del viernes en Igea tuvo banda sonora especial gracias al concierto de Ibán Huertas, que consiguió que el antiguo órgano de la Iglesia de la Asunción sonara como los ángeles. Bajo la mirada serena de la Virgen del Villar, la iglesia se llenó de vecinos y visitantes que no quisieron perderse esta cita musical tan poco común.
El músico murciano, con un dominio absoluto de las teclas, convirtió cada rincón del templo en un eco de melodías sacras y barrocas que parecían viajar en el tiempo. No había esquina que no vibrara, ni oído que no se dejara atrapar por la magia de un repertorio que hizo cerrar los ojos a más de uno para dejarse llevar.
Entre los acordes, la solemnidad del espacio y el recogimiento del público, se respiraba una atmósfera única: de respeto, de emoción y también de orgullo por ver cómo el viejo órgano, testigo de tantas generaciones, volvía a lucirse en manos expertas.
El aplauso final, largo y sentido, fue la mejor prueba de que Huertas conquistó a todos. Una noche en la que Igea se vistió de barroco y en la que la música fue, una vez más, ese lazo invisible que une al pueblo con su historia y sus tradiciones.
Iban Huertas nació en Cartagena (Murcia) en 1978. Es Diplomado en Magisterio de Educación Musical, y Titulado de Grado Superior de Música en la especialidad de órgano por el Conservatorio Superior de Música de Murcia.