A las seis en punto de la tarde, el frontón municipal de Igea se convirtió en una auténtica caldera. El motivo no era otro que el partidazo de pelota mano por parejas que enfrentó a Prado - Cuairán contra Elizalde - Merino, dentro del programa de las Fiestas patronales 2025.
Desde los primeros pelotazos se notó que aquello no iba a ser un simple partido de exhibición. Los cuatro pelotaris salieron con hambre de victoria, entregados y dispuestos a hacer disfrutar al público. Y vaya si lo lograron: pelotazos imposibles, jugadas largas que levantaban los aplausos y algún que otro “¡qué barbaridad!” escapándose desde las gradas.
El ambiente fue de los que ponen los pelos de punta: aficionados animando, veteranos siguiendo cada tanto con ojo crítico dada la afición de muchos de jóvenes, y algún que otro chaval descubriendo que la pelota mano también puede ser pura adrenalina. No faltaron los murmullos colectivo que preceden a los tantos más reñidos.
El choque estuvo igualado y con alternancias que hicieron que nadie se moviera de su asiento. Prado y Cuairán mostraron solidez y potencia, mientras que Elizalde y Merino tiraron de picardía y velocidad. Una combinación explosiva que regaló a Igea un duelo de altísimo nivel.
Al final, el resultado fue lo de menos: lo importante fue el espectáculo, el ambiente y la demostración de que la pelota mano sigue siendo un deporte de raíces profundas y de emociones intensas de estos lares. El frontón de Igea volvió a ser templo del juego tradicional, y las Fiestas patronales encontraron en este partido una cita de esas que se recuerdan con cariño.