Fin de semana con sabor a otoño en Igea

Paraguas en una mano y abrigo en la otra
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El otoño ya se ha instalado de pleno en Igea y se nota: mañanas frescas, olor a leña y ese cielo cambiante que no sabe si llover o dejarse ver azul. Este fin de semana llega con mezcla de nubes, viento y algún chaparrón de los que refrescan el aire y tiñen de dorado los montes. Y, para rematar, toca el clásico ritual de cada octubre: cambiar la hora y ganar sesenta minutos más de manta o de bar.


Sábado: “¿Paraguas o gafas de sol? Pues las dos”

El sábado arrancará con posibilidad de algún chubasco por la mañana, cielo encapotado y la tarde será de nubes con algo de sol intentando hacerse un hueco. Las temperaturas se moverán por el fresco habitual del otoño riojano, con sensación de humedad y viento del suroeste que soplará con algo de fuerza en la zona de la Ibérica. Vamos, que mejor no fiarse: paraguas en una mano y sudadera en la otra.


Domingo: “Nubes por la mañana, brisa por la tarde y abrígate”

El domingo seguirá con el mismo guion. Mañana nublada, posibilidad de alguna gota suelta y una tarde algo más amable, con claros y una brisa que no pasará desapercibida. Las temperaturas bajarán un poco más al caer la noche, así que conviene abrigarse bien si el plan es salir a dar una vuelta o quedarse charlando en la plaza.


Y el momento del día “cambiar relojes” (sí, otra vez)

Este fin de semana toca el famoso cambio de hora. La madrugada del sábado 25 al domingo 26 de octubre, cuando el reloj marque las tres de la mañana, habrá que retrasarlo hasta las dos. En resumen: dormimos una hora más (o la pasamos despiertos, según el plan).

A partir de entonces amanecerá antes, pero también anochecerá más pronto. Los cafés de la tarde parecerán nocturnos y las cenas se adelantarán sin querer. El horario de invierno ha vuelto, como cada año, a recordarnos que el otoño va en serio.


Consejos para acertar este fin de semana

Lleva siempre algo impermeable por si acaso, porque el tiempo estará juguetón. Las capas son tus amigas, sobre todo al caer la tarde. Y si quieres aprovechar el día, elige el domingo por la tarde: menos riesgo de lluvia, un poco de sol y la brisa justa para airearte.

Ah, y no olvides mirar el reloj el domingo: que nadie llegue una hora antes a misa, al vermut o a la comida familiar.


Reloj



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