Donde hay agua hay vida. No es casual que la mayoría de los asentamientos humanos hayan surgido junto a un río, arroyo o manantial. Igea no iba a ser menos, nació y se desarrolló junto al río Linares.
El Linares es un río de tipología mediterránea que recoge en su origen las aguas de las Tierras Altas de Soria. Es en Oncala donde podemos situar su nacimiento, entre la sierra del Alba, el monte Cayo (1.709 metros de altura) y la sierra de San Miguel. Son sierras de pastizales y pequeños bosquetes de acebo que en su día dieron abundantes pastos y cobijo a los numerosos rebaños de la todopoderosa Mesta. Es de aquí, y de buena parte del sistema Ibérico soriano y riojano, de donde partían los rebaños de ovejas en dirección al sur para realizar la trashumancia en busca de buenos pastos en las épocas del año en las que aquí no los había.
Al río se le conoce en las Tierras Altas con el nombre de río Mayor. Al otro lado del monte Cayo se va formando paralelamente el río Huérteles que, poco después de Ventosa de San Pedro, se une al río Mayor para dar lugar al río Linares. Así se llamará hasta los baños de Fitero, cuando el Alhama le “robe” el nombre que debiera tener hasta la desembocadura en el Ebro. Son cosas de las administraciones y de la historia que nada tienen que ver con la lógica de la geografía, la orografía y el caudal, mucho mayor en el Linares. Un dato, en el año 2024 el aforo del río Alhama midió en Cervera un caudal en todo el año de 8,7 millones de metros cúbicos, por el aforo del Linares en el puente de Igea pasaron 16,2.
Desde San Pedro Manrique el río recibe los aportes de numerosos arroyos de la sierra de San Fructuoso y el Cañizal por la margen izquierda, y del arroyo el Reajo de Cornago y su homónimo de Igea procedentes de Alcarama por la derecha. Es en las Tierras Altas de Oncala y San Fructuoso donde el río Linares se nutre de los mayores caudales, ya que es la zona de mayor altitud (hasta 1.720 metros) y la mejor expuesta a los vientos húmedos.
El análisis de los datos numéricos del aforo existente en el puente de Igea de 1997 hasta 2025 nos permite afirmar que el Linares es un río de aporte “pluvio-nival”, muy irregular, con grandes avenidas y largos estiajes. La cuenca ocupa una superficie de 629 km². El caudal medio del río es de 0,9524 m3/seg y la aportación media anual de 31,5 millones de m3. En San Pedro Manrrique es de 0,4365 m3/seg y el total anual 14 millones de m³. Por tanto, entre San Pedro e Igea el río recibe prácticamente la misma cantidad de agua (2 millones más de m3) que entre Oncala y San Pedro con menos cuenca, ello es debido a que el índice pluviométrico es mayor en el puerto.
El aforo de Cervera en el mismo periodo, de 1997 a 2025, ha medido 14,4 millones de m³ de media anual.
El estudio de la serie histórica más completa, desde 1954 a 2021 (67 años) permite concluir que el caudal medio anual del Linares es de 34,06 hm³ (es la capacidad del embalse de Ortigosa en el Iregua) y el de los últimos 20 años 27,6 hm³.
Concluimos que el río Linares aporta un volumen de agua importante, algo más del doble que el Alhama, y que la gran irregularidad de ambos, junto con el cambio climático, hace cada vez más necesaria su regulación con embalses de gran entidad. Los datos demuestran una disminución significativa (7 hm³) de volumen anual medio del Linares en Igea durante los últimos 20 años.
Con la puesta en marcha del embalse de Enciso, lo lógico sería que la siguiente regulación en La Rioja fuera en la cuenca del Linares/Alhama (primero en el Linares por su mayor caudal). En nuestra contra tenemos el hecho de pertenecer a tres autonomías, a pesar de formar parte de la CHE, Confederación Hidrográfica del Ebro, cuyo espíritu fundacional era la unidad de cuenca.