En los cuatro senderos del agua anteriores hemos trazado recorridos individualizados para conocer cada uno de los 5 acueductos existentes en las acequias de Nistoso Somero y la Serna desde el Molino del puente hacia el oeste, todos ellos en el paraje de Nistoso. Hemos descubierto su ubicación, si están o no en servicio, su estado de conservación...
Este sendero del agua, el n.º 5, es un recorrido circular por todos estos acueductos. Es muy fácil de realizar, pues solo hay que seguir el curso de la acequia de la Serna partiendo de la trasera del Molino en dirección oeste, contra la corriente de agua, hasta llegar al primer barranco, también llamado de Inistroso, lugar donde está el acueducto La Herradura, seguir hasta el 2º barranco
donde se encuentra el acueducto Morales, subir paralelo a este 2º barranco por su margen derecha en dirección a Palallana hasta llegar a la acequia de Nistoso Somero, caminar sobre su cauce seco en dirección este hasta descubrir el acueducto Morales Somero, cruzarlo y seguir el curso de dicha acequia atravesando el término de “Zancás”, hasta llegar a un acueducto esbelto, largo, de una belleza extraordinaria, que trasvasa las aguas de dicha acequia de un lado a otro del primer barranco de Nistoso, es el acueducto Inistroso Somero, continuar unos metros más hasta cruzar sobre el último y mejor conservado de todos los acueductos de todo el recorrido.
Continuamos caminando sobre el agua imaginaria de la acequia de Nistoso Somero y, en un suspiro, nos encontraremos con dos de los más bellos olivos existentes en todo el término municipal de Igea, las Torres de Hércules podríamos nombrarlas por su gran porte y belleza. Estos dos olivos están debajo de un corral de ganado, todavía en uso, al que se accede con vehículos a motor desde un camino que viene desde la trasera del Molino. Tomamos dicho camino y en pocos minutos habremos cerrado el círculo de la Senda de los Acueductos de Nistoso.
El objetivo primordial de este 5º sendero es llamar la atención de nuestros dirigentes locales sobre la gran importancia de
mantener vivas estas antiquísimas construcciones hidráulicas para que puedan seguir conduciendo un recurso cada vez más escaso y valioso como el agua.
Una idea podría ser convertir estas construcciones en un recurso turístico más de los que ya atesora Igea trazando un sendero señalizado que permitiera a paisanos y visitantes paseos amables por este, para mí, bellísimo rincón de La Rioja.
Al pertenecer a la Reserva de la Biosfera, podría ser un “ramal” de la ruta del silencio de la Fuente Juan Podrida. Posiblemente, esa sería la fuente de la que podrían manar los recursos económicos necesarios para salvar de la ruina este patrimonio hidráulico que hemos heredado de nuestros antepasados y que, si no hacemos nada, desaparecerá para siempre en pocos años como se puede ver en las fotografías.
¡SALVEMOS LOS ACUEDUCTOS!