La mañana del miércoles 10 de septiembre trajo el cuarto encierro de las Fiestas de Igea 2025, a las 11:30 h., con las reses de la ganadería Merino Gil de Marcilla (Navarra) como protagonistas. El recorrido tuvo, como de costumbre, emoción, carreras rápidas, algún que otro sustillo y, sobre todo, adrenalina. Eso sí, con menos público de lo habitual, cosas de que sea día laborable, con los currantes en faena y los peques en el cole, lo que dio al encierro un aire más tranquilo, casi íntimo.
Pero ya se sabe que en Igea la fiesta siempre encuentra su manera de brillar. Para los que no se atrevieron a ponerse delante de las astas o para quienes necesitaban reponer fuerzas durante el carrerón, la peña La Pinchaita sacó su artillería gastronómica: una degustación que hizo las delicias de corredores y espectadores. Vamos, que aquí correr es opcional, pero comer y beber… obligatorio.
La jornada continuó a las 12:30 h. en la plaza de toros con la prueba de reses bravas. Allí, los más valientes, o los más inconscientes, según se mire, dieron la cara frente a los animales. Cómo no, Omar y Adrián, no dudaron en arrimarse un poquito más de la cuenta, junto a algún que otro atrevido que decidió que la arena era mejor escenario que la barrera.
En fin, encierro tranquilo, fiesta asegurada y paladar contento. Así, Igea sigue escribiendo día a día su particular guion festivo, donde las reses, las peñas y el buen humor son los actores principales.