El sábado 13 de septiembre no se anda con tonterías: es Día de las Peñas en Igea y eso se ha notado desde primera hora. Camisetas de colores, pañuelos al cuello y un ambientazo que deja claro que hoy la fiesta es de todos… y sobre todo de los que se animan a plantarse delante de las reses.
A las 11:30 en punto, tras los 3 'esplotos' de rigor, arrancó el séptimo encierro de las Fiestas Patronales de Igea 2025, con ganado de la prestigiosa ganadería Gracia Blasco de Fustiñana (Navarra). Las vacas salieron como flechas, rápidas y juguetonas, ofreciendo carreras de esas que ponen a prueba tanto a corredores como a espectadores.
La Calle Mayor se convirtió en un río de nervios y emoción, con la gente animando desde las protecciones y los mozos apretando dientes en cada curva. Y claro, al ser sábado, la afluencia de público fue mucho mayor: medio pueblo en la calle y la otra mitad mirando desde los balcones.
El juego de las reses dio para sustos, carreras apretadas y más de un resoplido que heló la sangre. Pero también para ovaciones, porque cada recorte, cada quiebro y cada carrera ajustada se llevaron aplausos de un público con ganas de disfrutar.
Un encierro de los que dejan poso: rápido, intenso y con ese puntito de riesgo que hace latir más fuerte al corazón. Porque las reses se hicieron las remolonas negándose a dar por terminado el encierro. La prueba posterior fue multitudinaria en espectación y recortes de los más atrevidos ya que alguna de las reses dió mucho juego yendo a visitar a los espectadores de la 'cuarta gradería', con susto correspondiente pero sin consecuencias.
¿Lo mejor?, el sabor a peña que impregna todo el día: después de correr, toca brindar, comer juntos y seguir la fiesta hasta que el cuerpo aguante.