Un Pleno extraordinario que deja heridas abiertas

Guardia Civil en un Pleno de pueblo: noche incómoda en Igea
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Vídeo: N.C.


El Pleno extraordinario celebrado ayer en Igea para tratar la licitación del Centro Social terminó con una imagen tan simbólica como contundente: los concejales de la oposición, ATI (Ahora Toca Igea), levantándose y abandonando la sala después de que el alcalde sacara adelante el expediente utilizando su voto de calidad. Legalmente impecable, quizá; políticamente, una noche que va a tardar en olvidarse.


Sobre la mesa estaba la aprobación del expediente de licitación de un servicio tan sensible como el del Centro Social, del que dependen usuarios mayores, familias y trabajadores. ATI insistió en recordar durante la sesión en que no está en contra de licitar el servicio, sino de hacerlo con prisas y con un expediente que consideran lleno de errores de forma, fechas incoherentes y dudas legales que pueden acabar en impugnación.


Sergio Álvarez, el alcalde de Igea, por su parte, defendió la necesidad de regularizar la situación y defendió dar el paso que, según subrayó, no se había dado en años. A la vez, acusó a la oposición de poner obstáculos y de haber agitado las redes sociales contra la licitación, algo que ATI negó con rotundidad. Ese choque de versiones fue caldeando el ambiente hasta convertir un debate técnico en un pulso político en toda regla.


La votación fue el reflejo perfecto de esa fractura: empate a tres. Tres votos a favor del equipo de gobierno (PP), tres en contra de ATI. Se repitió la votación y el resultado fue idéntico. En ese momento entró en juego la herramienta que la ley reserva a la Alcaldía para estos casos: el voto de calidad. Con ese voto extra, el expediente quedó aprobado.


Fue entonces cuando los concejales de ATI decidieron marcharse del salón en señal de protesta, dejando claro que, a su juicio, no se trata solo de números, sino de formas, transparencia y garantías jurídicas. El expediente sigue adelante y el trámite continuará su curso, pero el Pleno deja algo más que un acuerdo aprobado: deja un pueblo hablando del tema, una oposición profundamente molesta y unas relaciones políticas con más recelos que confianza.


Hubo otro detalle del Pleno que muchos vecinos no olvidarán: la presencia de la Guardia Civil. Tras los murmullos del público que abarrotaba la sala y la decisión del alcalde de suspender la sesión, se llamó a los agentes, que acudieron al Ayuntamiento de Igea para comprobar qué estaba pasando. Cristina Marzo (ATI)  les explicó que no había habido incidentes graves, solo tensión y comentarios desde los bancos. Finalmente, la Guardia Civil y el Alcalde dieron su visto bueno para continuar. Una imagen poco habitual en un pueblo como Igea, que muchos califican de innecesaria y que añade aún más peso a la sensación de que fue una noche tan legal como incómoda. 

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