Estamos en plena temporada de fresas, una fruta procedente de América que fue introducida en Europa por los primeros colonos de Virginia en el siglo XIX. El fresón es un híbrido obtenido en el siglo XVIII por botánicos franceses. Lo consiguieron en la localidad de Brest en 1776, trabajando sobre una variedad silvestre californiana y otra chilena.
¿Sabéis los beneficios que tiene la fresa (o fresón)? Los componentes más abundantes de la estrella de la temporada son la fructosa, la glucosa y el xilitol, unos endulzantes naturales con pocas calorías. Poseen un alto contenido en fibra, vitamina E, vitamina C y ácido cítrico, un elemento desinfectante que potencia la asimilación de la vitamina C en nuestro cuerpo.
Y es que este placer de la primavera también contiene ácido salicílico, un elemento de acción antiinflamatoria y anticoagulante. Y potasio, necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad.
Vamos a beneficiarnos de todo esto preparando un delicioso Pastel de fresas.
Ingredientes:
400 ml. nata para montar
250 gr. bizcochos
80 gr. azúcar glass
250 gr. mascarpone
350 gr. fresas
Zumo de 2 naranjas
1 cdta. de vainilla
Preparación:
Cortamos las fresas en láminas y reservamos.
Montamos la nata y vamos añadiendo el azúcar poco a poco junto a la vainilla.
Batimos el queso mascarpone hasta que quede cremoso.
Mezclamos la nata con la crema de queso con movimientos envolventes poco a poco.
Mojamos los bizcochos en el zumo naranja sin que se empapen demasiado y vamos montando el postre: base de fresas, capa de bizcochos, mezcla de nata y queso y así sucesivamente.
Refrigera unas horas y sirve frío.
La clave de este postre son unas fresas ricas y con mucho sabor.