La Ermita de la Virgen del Pilar se encuentra a unos 2 km del pueblo, en dirección sureste, y es una de las joyas arquitectónicas de la región. Aunque es más esbelta que la Ermita de San Roque, comparte similitudes en su construcción, caracterizándose por su mampostería y su diseño de una sola nave, dividido en dos tramos con una cabecera rectangular. Las columnas adosadas a pilastras y los arcos rebajados sostienen una techumbre de dos vertientes, creando un espacio interior acogedor y armonioso.
Orígenes y Fundación
La construcción de la ermita está ligada a la figura de D. Francisco Rodríguez, quien fue sacerdote de la iglesia parroquial en el año 1688. Consciente de la importancia de la devoción a la Virgen del Pilar, decidió fundar esta ermita, costeándola de su propio patrimonio. En su testamento, otorgado el 24 de febrero de 1725 ante el notario D. Juan José Navarro de Ramírez, dejó claro su deseo de que los bienes que legaba fueran utilizados para la "perpetuidad" y el mantenimiento de la ermita. Esto incluía la disposición de sus propiedades para el aseo y la conservación del lugar sagrado, asegurando así su legado a las futuras generaciones.
El testamento de D. Francisco destaca por su preocupación por el bienestar de la ermita, estableciendo que los bienes legados serían comunicables entre la parroquia madre y la ermita hija, reflejando así un sentido de continuidad y conexión espiritual.
Patrimonio Artístico
A lo largo de los años, la ermita ha ido perdiendo parte de su patrimonio artístico. Actualmente, lo que se conserva es la imagen barroca de la Virgen del Pilar, datada en el siglo XVIII. Las otras imágenes que una vez adornaron la ermita, como las de San Emeterio y San Celedonio, fueron trasladadas a la iglesia parroquial, donde han sido restauradas. La ermita también contaba con obras de arte menores, pero muchas han desaparecido o se encuentran en estado deteriorado.
Recientemente, la ermita ha sido objeto de una restauración integral, dado que las maderas del tejado se encontraban en un estado lamentable. Esta intervención ha permitido preservar lo que queda de este importante lugar de culto.
Celebraciones y Peregrinaciones
La Ermita de la Virgen del Pilar es visitada por los fieles únicamente en una ocasión especial: el día del Pilar. En esta fecha, se celebra una eucaristía, donde la comunidad se reúne para rendir homenaje a la Virgen. Este evento anual se ha mantenido como una tradición que une a los habitantes del pueblo y a los devotos de la Virgen, perpetuando el legado cultural y religioso que representa la ermita.
La Ermita de la Virgen del Pilar es un testimonio vivo de la historia y la devoción popular en la región. Su arquitectura, que combina elementos del siglo XVII con la influencia barroca del XVIII, y su historia la convierten en un lugar de interés tanto espiritual como cultural. A pesar de los desafíos de conservación y el paso del tiempo, la ermita sigue siendo un símbolo de fe y comunidad, recordando a todos la importancia de preservar el patrimonio religioso y cultural para las futuras generaciones.